A pesar de la derrota y de la baja puntuación, jugamos un gran partido, especialmente en la primera parte, y fue una prueba de la progresión que ha experimentado el equipo durante el año.
Decir que el equipo rival nos superaba en altura es quedarse muy corto, muy muy corto. Y teniendo en cuenta que, además, desde el minuto 1 hasta el 40, se plantaron en una defensa zonal 2-3, cualquiera puede imaginar la dificultad que se nos presentaba tanto en defensa como en ataque.
Sin embargo, ante un equipo que ha ganado sus 6 partidos de clasificación y con el mayor número de puntos a favor y el menor en contra (en este último apartado sólo un punto menos que nosotros), nuestro equipo demostró ser muy competitivo. Lo que no conseguimos en ataque lo compensamos con una gran defensa, aspecto que quiero destacar porque, a mi juicio, hemos mejorado muy notablemente, en especial, al final de la temporada, que es cuando más la hemos trabajado.
Nuestro juego en el primer y segundo cuartos se caracterizó por los fallos en el tiro en ataque pero con robos de balón constantes en defensa. El resultado fue un escaso 14-11.
El descanso fue el punto de inflexión. En el tercer cuarto los rivales consiguieron un parcial de 18-11 que les situaba 10 por delante, gracias a la superioridad en el rebote y varios contrataques anotados. En el último periodo volvió la escasez anotadora en ambos equipos, dejando el marcador final en 38-24.
Quiero felicitar a todos los jugadores por el resultado de esta temporada que, como saben tan bien como yo, ha sido realmente difícil, y a todos los padres, que han sabido entenderlo.
En mi opinión, hemos conseguido los principales objetivos perseguidos: la progresión individual de cada jugador y la mejora competitiva del equipo.
Así que ENHORABUENA... y a seguir trabajando.